En 1972, en una ciudad catalana, son hallados en la vía del tren los cadáveres decapitados de dos obreros textiles así como una nota de despedida: "Los extraterrestres nos llaman, pertenecemos al infinito". Poco después aparecen otras cartas póstumas totalmente sobrecogedoras dirigidas a la ONU y a los investigadores del fenómeno OVNI en toda España. En ellas los dos suicidas hablan de la increíble mutación que han sufrido sus cuerpos y que les ha ido preparando para este viaje definitivo a Júpiter, donde según creen se encuentra la base alienígena más cercana.