Cuenta la historia de Adrián (León Martínez), un chico que vive de pueblo en pueblo con su hermano mayor Ramon (Pol López) y la pareja de este, Tona (Maria Rodríguez Soto). Adrián es mudo, no soporta los espacios cerrados y le cuesta mantener la atención cuando le hablan. Allá a donde van, todos se ríen de él, le insultan y le lanzan piedras. Y es que Adrián, las noches de luna plena no puede dormir y vagabundea por las calles. Huele la sangre. Y busca en los gallineros. Se come las gallinas. Crudas.