María está preparando la cena para su marido, cuando de repente tocan en la puerta. Aparecen Adam y Bruno, dos jóvenes, esbeltos, y muy educados. Estos, aparentemente, están necesitados de ayuda, ya que, han tenido una avería con el coche. La escena comienza a ponerse incómoda cuando Maria cuestiona la versión de los jóvenes frente a su marido.