Tras dos años de reclusión, Stephen Neale abandona el sanatorio mental de Lembridge. Se encuentra entonces con un mundo distinto que nada tiene que ver con lo que él conocía. A su alrededor todo resulta inexplicable, sobre todo, el ser víctima de una persecución por parte de agentes del nazismo. Pero, cuando Stephen decide contarle a otras personas lo que le sucede, lo único que consigue es que piensen que está loco.