En la casa de los Stevens, situada en una urbanización cerca de Madrid donde sólo viven norteamericanos, trabajan como criadas las extremeñas Juana y Francisca. A diario van a visitarlas el vago Antonio Ponce, medio novio de Juana, y el huevero Lorenzo Soto, que pretende a Francisca. Su relación va de mal en peor a medida que las muchachas tratan de imitar la democracia y las relaciones mujer-hombre de los norteamericanos.