Cansada de las disputas de sus padres, la pobre y rica niña Maya (Dylan Penn) se muda con su novio que está en cuclillas en un viejo y condenado edificio en el Lower East Side de Manhattan. Con vecinos que son cabezas de metanfetamina, drogadictos y degenerados, este depravado agujero de infierno es incluso más tóxico de lo que parece: después de que un virus nacido de sus desechos nocivos combinados y la basura infecta a los residentes del edificio, uno por uno, sucumben a un patógeno aterrador que los convierte en asesinos sedientos de sangre y arrasa su edificio en un matadero salvaje.