Alexander y su novia Gipsy son los jefes de una banda de gánsteres que planea robar el oro del banco de Deadwood, en Dakota del Sur. Como maniobra de distracción, hacen estallar una bomba en una mina cercana, pero lo único que consiguen es despertar de su letargo a una bestia infernal, que todos suponían que era un ser legendario.