Ana es una anciana que acaba de quedarse viuda. Como muchas personas de su edad y educación, tendrá que encontrar una razón que dé sentido a su vida. Cuando su hijo Antonio le pide que cuide de su nieto Ezequiel, Ana observa que el niño ha sufrido los errores de una educación autoritaria y decide ayudarle a cumplir su sueño de ser coreógrafo. Con su nieto, Ana inicia un viaje quimérico que la lleva a descubrir a otras mujeres de su barrio que, como ella, tratan de vivir una nueva vida.