Actor y realizador francés, nacido en Argelia. Fue una figura de la nouvelle vague y también una personalidad del teatro y de la vida mundana de París. Interpretó más de cien películas a lo largo de cinco décadas. Filmes como Le beau Serge y Les cousins, de Claude Chabrol; Une femme est une femme, de Jean-Luc Godard; Les cuatre cents coups y La mariée était en noir, de François Truffaut; Le genou de Claire, de Eric Rohmer, o L'ascenseur pour l'echafaud y Les amants, de Louis Malle. Ganador de dos premios Cesar, Brialy dirigió en 1972 Eglantine, su debut como director. Fue el protagonista de las primeras películas de Eric Rohmer, Jacques Rivette, François Truffaut o Jean-Luc Godard, sobre todo de sus primeros cortometrajes. Su carrera empezó en el teatro, como estudiante del conservatorio de Estrasburgo. Y nunca abandonó del todo esa forma de expresión, siendo propietario de dos teatros parisienses. Pero fue el cine quien le dio la popularidad, que él supo multiplicar gracias a sus dotes de relaciones públicas, de hombre que ponía amigos y proyectos en relación. Entre 1956 y 2006 intervino en más de un centenar de títulos, siempre en papeles distinguidos, casi siempre respaldando al protagonista. No podría existir sin su silueta de barba bien recortada, su voz pronunciando de forma sabrosa las frases más alambicadas o su silueta coronada por un sombrero de verano. La obligación se la creó él, como obligación decidió dirigir algunos largometrajes sensibles pero olvidables o unos libros de memorias repletos de detalles sobre su vida profesional o de la de otros actores así como sobre sus aventuras galantes, orientadas en su gran mayoría hacia el sexo masculino. Su extensa filmografía no explica la importancia del personaje.