Suena el teléfono del Complejo Kawai. Es una llamada de la comisaría para Shiro. Los residentes piensan que finalmente lo arrestan, pero ese no es el caso (Vaya). Resulta que la policía ha localizado al dueño de la billetera que encontró antes y el dueño venía al Complejo Kawai para agradecerle.