Anna ha decidido dejar a Enrico. Después de once años de matrimonio, hace las maletas para irse, pero elige el día equivocado porque ese día Enrico ha organizado una fiesta sorpresa para celebrar su reciente cumpleaños. Anna se encuentra retenida en su vida por una última noche. Acepta asistir a la fiesta, para no humillar a su esposo y evitar lastimar a su hijo Pietro, quien la espera en la oscuridad, preparado para gritar '¡Sorpresa!'. Pietro no se equivoca, habrá muchas sorpresas durante la fiesta. Y Anna tendrá que decidir si mantener su decisión de irse.