El último encargo de Jonathan y Mark es R.R. Benson, un hombre de negocios frío y sin corazón, que está contaminando los océanos, mantiene apartamentos que están por debajo del nivel de vida, por nombrar algunos. Como resulta ser un hueso duro de roer, Jonathan decide tomar la vía directa y revelar a Benson que es un ángel y que al paso que va no llegará al cielo. Pero Benson sigue impasible y lo último que le dice Jonathan es que lea la Biblia.