Scorpius intenta convencer al clon de Crichton que hay en el chip para que le permita acceder a los datos que necesita. Para ello le cuenta la historia de su vida, cómo su madre fue violada por un Scarran y cómo fue criado bajo estricta supervisión en una nave militar de esa terrorífica raza. Cuando fue creciendo consiguió escaparse con la determinación de unirse a la otra gran potencia de la galaxia, los Pacificadores, y desde ahí orquestar su venganza. Una miembro del proyecto se escapa y da con Moya. Alerta a los famosos fugitivos de los planes de Scorpius, pero ella misma es la prueba de que el enemigo aún no domina los efectos secundarios: sus tejidos se deterioran por la exposición a los agujeros de gusano y pronto fallece.